Saberes
de la Comunidad despidió el año 2018 en compañía del padre Jean
Carlos Aparicio, Willi Charon e Imawari Farah. El sacerdote Jean Carlos
Aparicio, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Fátima,
Calabozo, estado Guárico, inicio el diálogo expresando
agradecimiento por el espacio radial Saberes de la Comunidad: ventana
comunicacional que resume lo que somos, lo que tenemos, nuestras
raíces. Enfatizó:
En el centro de cada pueblo, de cada ciudad se encuentra el
templo; espacio de encuentro para la reflexión y desarrollo
espiritual. La navidad nos invita a contemplar la presencia de
Cristo Jesús que viene a transformarnos. Invita a la
transformación de nuestra vida desde Dios y para Dios. Navidad es
tiempo de Luz.
La culminación del año 2018 implica revisar que hemos hecho en
el año, evaluar las metas. Tiempo de agradecimiento al Señor,
agradecimiento por las bendiciones y bondades. Actuar como Job “si
de Dios me vienen los bienes porque no agradecer los males. Bendito
sea Dios”
Cada año nuevo implica nuevos retos, nuevos desafíos, nuevos
horizontes de vida. Tiempo de hacer propósitos, dejar que Dios sea
Dios en nuestras vidas. Dejar cumplir la primera bienaventuranza:
incorporar a Dios en los los deseos, proyectos y planes de cada
cristiano. Dejar que el plan de vida de cada cristiano sea
orientado por Dios. Con Dios todo, sin Dios nada.
El papa Francisco nos sugiere: No se dejen robar la alegría.
Mantener la alegría como símbolo de identificación cristiana,
alegría en el Señor. La alegría que Dios reina entre nosotros.
La navidad y el año nuevo es tiempo de solidaridad,
desde la parroquia Nuestra Señora de Fátima se tiene
programado para el 31-12-2018 visitar al Ancianato de
Calabozo, conocido también como residencia gerentológica
“ Dr. Luis María Ascanio”, con la finalidad de ofrecer
compañía y afecto a los adultos mayores.
La espera del año 2019 es tiempo de tener la convicción del
amor de Dios en nuestras vidas. Tiempo de gratitud, de valoración de
nuestras familias, reconociéndonos personas inteligentes, con
capacidad de transformación personal y social. La esperanza sea
nuestro combustible para amar el trabajo diario por un mejor porvenir
bendecido por Dios.
Referencias:
Saberes
de la Comunidad(2018) Invitado: padre
Jean Carlos Aparicio, Willi Charon e Imawari Farah,Edición
N° 48,
13-12-18.
Programa
radial UBV
transmitido por la 88.1FM La Voz
del Comandante.
Calabozo, estado Guárico.
Culminó
éxitosamente el Programa de Iniciación Universitaria (PIU) de la
Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), exigido para proseguir
estudios superiores y obtener el título de licenciado en Gestión Social
del Desarrollo Local, con una salida intermedia a los dos años como
Técnico Superior en Planificación de Programas Sociales.
Los
participantes forman parte del personal del Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales, de la vocería comunal y comunidad en general.
La
metodología del PIU se desarrolla a partir de núcleos generadores de
formación como: Proyecto UBV y su impacto socio-comunitario, lenguaje y
comunicación liberadora, pensamiento estratégico matemático, pensamiento
bolivariano, recreando la patria y actividad física.
Todos
estos núcleos generan entre participantes y facilitadores el diálogo de
saberes, comunicar valores, reconocimiento social, relación teoría
-practica emancipadora. En este contexto se persigue la formación de
ciudadanos profesionales que se reconocen sujetos sociales con un
proyecto de vida vinculado al país.
Los
encuentros educativos han sido facilitados por los profesores: Julissa
Alves, Abel Flames y Fernando Hernández, responsables de la
territorialización de la UBV en el municipio Miranda.
Desde
el programa radial Saberes de la comunidad transmitido por el dial
88.FM, Félix Suárez y María Esther Ladera, miembros del equipo de trabajo de
la Orquesta Sinfónica Antonio Estévez, Núcleo Calabozo invitaron
a participar a sus actividades navideñas :
CONCIERTO del programa ALMA
LLANERA.
Día: Viernes
07-12-2018.
Lugar Iglesia Maranatha
(Casco Central)
Hora:
3:00pm.
CONCIERTO SINFÓNICO
Día:
Jueves 13-12-2018
Lugar:
Plaza Bolívar
Hora:
8.30 a.m.
La
Orquesta Sinfónica Antonio Estevez, núcleo
Calabozo como
estructura del Sistema
Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela,
atiende en
la localidad
a todos los niveles y modalidades del sistema educativo venezolano.
La
metodología del
sistema parte de
la iniciación musical, prosigue con
clases individuales de instrumentos sinfónicos hasta llegar a los
ensayos generales, con un repertorio estructurado gradualmente por
cada nivel .que incluye obras de todos los géneros -nacionales y
universales. El
proceso de educación musical propicia el desarrollo integral
visibilizando
valores como: responsabilidad, disciplina, compromiso, trabajo en
equipo, respeto, convivencia, colaboración y sentido de
pertenencia, formando así ciudadanos multiplicadores de todos estos
valores en sus entornos familiares y comunidades.
En
consecuencia
se mantiene
un vínculo constante con el entorno familiar de los niños y
jóvenes, con el fin de propiciar un entorno motivador que les
permita proseguir en su proceso artístico educativo. Por
lo tantolos
padres,
los
representantes y
la comunidad se convierten en
los aliados del
Sistemaen
la formación de nuevos músicos, que
hacen carrera artística
de manera individual y grupal.
Bajo
el lema del
maestro ABREU:
Cantar,
Tocary
Luchar,
el personal de la Orquesta
Sinfónica Antonio Estévezha
coordinador el trabajo musical de
sus 2 sedes: la sede principal ubicada
en la Calle
6 con esquina
carrera
4 y la segunda sede ubicada en la carrera 13 , esquina calle 3.
Teléfono
0246- 871-9197; 0246-871-7678. Expresaron
sus
deseos por una Navidad en unión familiar y un año 2019 de canciones
y lucha por el logro de las
metas personales, familiares y comunitarias.
VIVA LA MÚSICA
EN SUS CORAZONES.
Referencia
Saberes
de la Comunidad(2018) Invitados: Orquesta Sinfónica
Antonio Estévez . Edición N° 46,
06-12-18.Programa
radial transmitido por la 88.1FM La voz del comandante. Calabozo,
estado Guárico.
Por: Gustavo Ocando AlexMaracaibo, Venezuela. Especial para BBC News Mundo
Mientras miles
estudiantes venezolanos abandonan sus estudios y el país para huir de la
crisis, otros universitarios extranjeros hacen el camino inverso.
Tito
Bohórquez, ingeniero agrónomo, viaja dos veces al año una distancia de
2.500 kilómetros entre su natal provincia de Los Ríos, en Ecuador, y
Maracaibo, en el noroeste de Venezuela, para participar en clases
presenciales de su doctorado en Ciencias Agropecuarias.
El primero
de los vuelos que toma tarda tres horas antes de hacer escala en
Caracas. Debe pagar también por estadías en hoteles, comidas y taxis. El
desgaste vale la pena, dice.
Profesor contratado y director de la
carrera de Agropecuaria en la Universidad Técnica de Babahoyo, en
Ecuador, Bohórquez es parte de un grupo cada vez más numeroso de
profesionales ecuatorianos y colombianos que cursan estudios de
postgrado en la Universidad del Zulia(LUZ) en Maracaibo, cerca de la frontera con Colombia.
Estudian
especialidades, maestrías y doctorados en Medicina, Odontología,
Ingeniería, Derecho, Veterinaria, Humanidades y Agronomía. "Nunca pensé en estudiar acá", admite Bohórquez antes de explicar por qué se decidió.
Es
la segunda de sus tres estancias de clases intensivas en Venezuela
durante su doctorado. La primera fue en abril, también por tres semanas.
Profesionales de Colombia y Ecuador interesados en
cursos de cuarto y quinto nivel académico hallan en las universidades
públicas de Venezuela una combinación perfecta: matrícula muy económica y
calidad en la educación, a pesar de la crisis.
Bohórquez y el
resto de cursantes de doctorados pagan en LUZ US$1.500 dólares cada
semestre. La inscripción les costó US$500. A eso le suman gastos de
vuelos, hospedaje, alimentación y transporte cada vez que viajan a
Maracaibo: unos US$1.000. .
La inscripción y el pago de su doctorado en LUZ representarán, al final de sus estudios, una inversión aproximada de US$8.000.
"La
colegiatura y los viáticos de un doctorado en Perú saldrían en entre
US$28.000 y US$30.000. En Colombia, los cursos son cada tres semanas y
cuestan US$40.000. En Chile, igual, y hay que residir allá", dice
Bohórquez.
Boom por ahorro y calidad
El
interés en los postgrados de la Universidad del Zulia de parte de
extranjeros ha aumentado exponencialmente desde hace siete años, dice Rosa Raaz, coordinadora de Doctorados de la Facultad de Agronomía.
El proyecto en el que participa Bohórquez, por
ejemplo, inició en 2011 exclusivamente con estudiantes venezolanos. En
2012, dos profesionales de Cúcuta, ciudad colombiana en la frontera con
Venezuela, se registraron. En 2013, otros dos colombianos de
Barranquilla. "Y en 2017 hubo un boom", cuenta
Raaz a BBC Mundo. "Hubo dos cohortes con 33 estudiantes ecuatorianos de
universidades de Manabí, Machala y Guayaquil, también de empresas
privadas, solo en Agronomía".
"Ganar-ganar"
La
experiencia ha sido también económicamente beneficiosa para la
Universidad del Zulia, una institución centenaria que depende del Estado
venezolano y cuyas autoridades se quejan de un déficit presupuestario.
Los ingresos por estudios de postgrados permiten a las facultades de LUZ reparar su infraestructura, pagar salarios a los docentes participantes o adquirir equipos.
"Es una relación ganar-ganar. Significa mantener la universidad abierta", opina la profesora.
Los
cursos, en una Venezuela que experimenta una economía
hiperinflacionaria y con un control cambiario desde 2003, tuvieron su
pizca de polémica.
El diario local "Versión Final" publicó en
junio una serie de reportajes sobre la venta de cupos de postgrado en
LUZ a extranjeros por hasta US$5.000.
El decanato de la Facultad de Medicina anunció entonces el despido de cuatro empleados por participar en tales extorsiones.
Agradecido con Venezuela
Rafael Palmera Crespo, arquitecto y profesor colombiano de 51 años, tiene tres años cruzando a pie la frontera de Maicao con la Guajira venezolana para luego emprender un viaje por carretera de tres horas hasta Maracaibo.
Cada
15 días repite el extenuante viaje. Su motivación es académica: asistir
a las clases presenciales en la Universidad del Zulia para completar su
doctorado en Arquitectura.
"No
fue muy fácil llegar", admite en conversación con BBC Mundo desde
Barranquilla, donde reside y trabaja. Ya alista su tesis sobre la
emancipación de los suelos, con la esperanza de graduarse en mayo de
2019.
Su meta académica le costaría en Colombia entre 80 y
100 millones de pesos (US$31.000 al cambio oficial). Los gastos del
curso, estadía, alimentación y transporte en Venezuela suman 4 millones
de pesos (US$1.250). Es un 96% menos de dinero que si hubiese estudiado
en su país.
"Estoy muy agradecido con Venezuela,
independientemente de las condiciones en que viven y que lamentamos los
colombianos. En Venezuela es más asequible la educación en este nivel
que en Colombia".
Además del ahorro, la calidad docente es tal como se la habían descrito otros colegas: "Única", dice.
Patrimonio que no se devalúa
El
nivel académico de Venezuela es uno de los atractivos. Docentes locales
con títulos de doctor, la mayoría formados en universidades de América
del Norte y Europa, garantizan que el programa sea de alta calidad.
Víctor
Granadillo, doctor en Química, autor de 300 artículos en revistas
arbitradas y tutor de alumnos extranjeros, certifica que los 50
profesores que integran su departamento en la Facultad de Ciencias
tienen doctorados.
Ketty, su esposa y también profesora de la
Facultad de Economía de LUZ, asegura que la excelencia universitaria ha
sobrevivido a la diáspora o la crisis en su departamento. "El
conocimiento es un patrimonio que jamás se devalúa", dice.
Medicina es una de las carreras con mayor demanda.
Hay en ella al menos 600 colombianos y ecuatorianos entre especialidades
y doctorados, según Freddy Pachano, médico cirujano pediatra y director
de Postgrado de esa facultad.
La participación de médicos
sudamericanos ha sido tal que está a punto de igualarse a la de
venezolanos. Este año, se censaron 120 extranjeros y 170 profesionales
locales solo en las especialidades.
"Venezuela no está devastada"
Pese a las ventajas económicas, Bohórquez, el agrónomo de Los Ríos, Ecuador, tuvo miedo de estudiar en Venezuela.
Los
índices de inseguridad, las tensiones políticas y la hiperinflación le
alarmaban. Dos médicos amigos que cursan estudios en LUZ desde 2017 lo
animaron.
"Venezuela no está devastada", cree. Pero la inflación -la peor del mundo- es tan ruda que pulveriza el poder hasta de las monedas duras.
Los
dólares valían más en el mercado venezolano durante su primera viaje,
en abril, cuando un día de servicio de taxi le costaba US$3. Hoy, esa
tarifa cubre solo una hora de transporte privado.
Su
grupo de amigos estudiantes ya no cena con frecuencia en restaurantes y
puestos callejeros. Prefieren cocinar en sus apartamentos para rendir
el dinero.
Antes de la entrevista, Bohórquez asistió a una clase
junto a siete compañeros en una de las habitaciones que alquilan.
Improvisaron el encuentro tras un inconveniente eléctrico en los salones
de la facultad, algo habitual por las fallas eléctricas que padece esta
región venezolana.
Los problemas no le hacen arrepentirse. "El
conocimiento es un diamante en bruto que tienen las universidades de
Venezuela. Esta es una oportunidad de oro".
En respuesta a la inquietud de expresar opiniones sobre el acontecer diario como docente universitario de oficio y trabajadora social de profesión, inicio la experiencia de este blog. Pretendo reflexionar sobre la cotidinidad desde el barrio, la universidad, donde vive el docente, los estudiantes-ciudadanos, escenario de formación profesional.