viernes, 21 de marzo de 2014

COMPLEJIDAD DEL PENSAMIENTO SOCIAL

El pensamiento social desde un abordaje de complejidad, persigue comprender los distintos niveles del cambio del entorno, considerando el plano ético, el estético, el práctico, el emocional. Todo conduce a nuevas formas de experimentar el mundo y producir sentido, de interactuar y convivir, una transformación multidimencial en una permanente evolución.
Por lo tanto, la complejidad vista desde los planteamiento de Edgar Morín(1996) implica una reforma del pensamiento, dirigida a superar los modos de producir saber, que reducen el conocimiento del todo al de las partes y lo descontextualizan, asumiendo la preeminencia de una causalidad universal, acepta el reto de la incertidumbre, la transdiciplinariedad y la cosmovisión.
En consecuencia el ideal de la complejidad en las ciencias sociales está representado por tres ejes epistemológicos:
·         Relación sujeto-objeto: el observador y el observado forman parte de un mismo sistema de investigación; es decir  se supera la dualidad sujeto-objeto, externalidad-internalidad, dando lugar a lo interaccional y a lo reticular como fuente constitutivas de la realidad.
·         La relación todo-parte y la recuperación de la universalidad: El todo está contenido en cada parte,  garantiza que cada una de ellas exista y se articule con los demás elementos de constitución de la totalidad, dando lugar al principio holográmatico.  Por lo tanto el universalisno pluralista surge del reconocimiento de la diversidad y de la legitimación de la heterogeneidad.
·         El tiempo, la historia y el futuro.  Están estrechamente vinculados en cuanto la  historia implica la narrativa del tiempo pasado como proceso simultáneo, contradictorio, múltiple y particular. El tiempo hacia el futuro lo representa la invención de un orden social deseado, no necesariamente preexistente, que puede ser activado desde el presente.

Todos estos planteamientos, implican un enfoque multidimensional del universo social real y de las formas en que es posible pensarlo; desde la interacción permanente entre sujeto-sujeto, la relación de lo observado por el investigador, sujeto reflexivo, “observador y observado”. Vista la realidad como un sistema que se autoregula, sea adapta, en condiciones de incertidumbre, caos y desorden. Siendo el  ser humano, el centro de atención, cuyos bienestar debe imperar en contraposición al modelo tecnocratizante.

Articulo de opinión publicado en el Diario La Antena, viernes 14-03-14. pág. 6


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