domingo, 28 de octubre de 2018

Fidelina Manzo: Promotora Cultural


Programa radial Saberes de la Comunidad
Carmen Fidelina Manzo Chivivella, conocida afectuosamente como Fide.
Agradece a los pobladores de la localidad de Calabozo por adoptarla desde el momento en que llegó a estas tierras hace treinta y cuatro años, proporcionándole espacios para integrarse, conocer, enlazar a las personas de diferentes comunidades en el campo cultural. La fuerza de su trabajo se ha dado en torno a intereses comunes, la organización comunitaria, la integración social, tender puente entre las personas y las instituciones, facilitar los encuentros con gente de otros pueblos, conocer otras formas de hacer y de vivir. Esta labor se desarrolla en un espacio denominado Taller Guardatinajas que nació hace treinta y cuatro años a partir de una visita al pueblo que lleva ese nombre en compañía de Nenena Hernández, quien la llevó a conocer a Zoila Aguirre, locera que hacía budares a tres reales y ollas con tierra que sacaba de las vegas, a las que mezclaba con chamota, el polvo que lograba machacando tiestos de tejas y bloque rojo. “Verla machacar los tiestos, ayudarla a amasar y a quemar la loza me sensibilizó grandemente”. Este fue el punto de partida para el acercamiento a otras personas que trabajaban con barro, comparando las técnicas de trabajo de Guardatinajas con las utilizadas en El Socorro de Portuguesa, Cazorla, Medano del Burro. Desde ese momento comenzó a indagar dónde conseguir la tierra y los aditivos. Llegó así al embalse Río Guárico, represa Generoso Campilongo, que tiene varios yacimientos con tierras de diferente calidad y colores. Junto a Eva su madre, se “enamoraron de esas tierras” y comenzaron a procesarla y a realizar pruebas.
Expresó su reconocimiento a Corpollanos por solicitarle su primer taller de artesanía con arcillas en 1984 desde el Centro de Formación Artesanal “Alfredo Almeida”,ubicado en la institución, donde aún permanece la placa de identificación elaborada en el Taller. La sede del taller siempre ha sido su casa y allí se facilitó ese primer taller para 15 participantes que valoraron el atractivo que tenía el bajar la represa en grupo, programar la recolección la arcilla de diferentes colores, llevar sacos para recoger desechos no degradables de las orillas de la represa, disfrutar un buen baño y ver el atardecer. Eso fue entrelazando gente, que se unían entorno al trabajo con el barro, lo cual tenía otras repercusiones, en el conocer el pueblo, aprender hacer montajes de exposiciones, hacer curaduría, resolver la logística y eso fue abriendo un abanico de posibilidades, de intercambio y aprendizaje con la gente.
También se conformó la agrupación musical “Güirirí”, participando en parrandones navideños de Corpollanos. Esta experiencia musical abrió espacio al trabajo con niños en talleres musicales, de creatividad, vacacionales. Se hizo trabajo con instituciones y comunidades, participando en encuentros culturales, como el encuentro anual de Aniversario de los Arangues al que asistía con grupos de la localidad, llevando expresiones culturales y personajes de la zona: Jesús García quien trabajaba con madera en Guardatinajas, Rita Alayón de Bernale poetiza de El Rastro, Juan Rafael Pulido “Cubarro” con su experiencia de la llanería quien también hacia trabajo con madera (paletas, taburetes , tablas para cortar).
Se logró con La Villa del Cine realizar 3 videos que le han dado la vuelta a Venezuela, siendo transmitidos durante mucho tiempo por VIVE TV, AVILA TV, Venezolana de Televisión y en las Cinematecas. Destaca la labor de Juana Villanueva quien ya alcanzó los 100 años, nativa de Cazorla y referente local con la loza, el jabón de la tierra, las catalinas rellenas, cantaba corrío y bailaba joropo. La considera su maestra porque la enseñó a locear con pica pica y a realizar quema primitiva.
En la remembranza de personajes culturales se puede incurrir en acción involuntaria de omitir algunas personas. Sin embargo Fidelina hace mención a las loceras del Socorro de Portuguesa, cuyas lozas conoció en un sancocho donde le sirvieron en una vasija y preguntó ¿quién hizo las vasijas? “Allí me respondieron, en El Socorro de Portuguesa”. El nombre le encanto, preguntó dónde quedaba y le dijeron que bien lejos. A los quince días llegó al poblado y luego de conocer el camino, cada quince días viajaba, llevando personas con interés en la experiencia. Allí conoció 13 loceras,; madres , hijas y nietas loceando. El patio de cada casa eran un lugar de exposición. En las visitas que por lo general realizaba los sábados, se encontraban: tinajas, budares, hornillas con patas, cazuelas para hacer arroz, ollas. Una de ellas hace vajillas con platos ondos y llanos, tazas de café, copas, cucharones. Es una forma de trabajo diferente a la de otras regiones del país, porque en el río Portuguesa hay mucha greda, pero no hay rocas para adicionarle al barro. Aquí trabajan con pica pica; un comején de agua dulce, que se pega de los troncos de los arboles en los caños, cuando bajan las aguas, ellas lo recogen y lo queman. Ese polvo anaranjado se lo amasan a la tierra y como tiene carbonato de calcio permite que la tierra funda a baja temperatura. Los budares quedan livianos, con buen sonido y un color anaranjado hermoso, cocidos con leña y en hoyo.
Una loza muy particular, muy reconocida por ser legado indígena, debido al aporte de asentamientos indígenas en ese sector. Lo demuestran tres(3) pintaderas y otros restos de piezas arqueológicas estudiadas por antropológos de la Universidad Simón Bolívar. Estas piezas se encuentra en custodia en el Taller Guardatinajas, las fichas registran que datan de antes de Cristóbal Colón (700- 900 Años). Ese yacimiento está a la margen izquierda del Río Portuguesa y las piezas las recolectaron los pobladores cuando hoyaban para elaborar sus casas. Muchos visitantes se enamoraban de las muestras y algunas se las regalaban y se las llevaron. En tiempos de lluvia el río subía y llegaba hasta el poblado, las personas hacían los caballetes para preservar sus bienes. En ese entonces para evitar la contingencia el alcalde Pilar Barbella levantó un terraplén para separar las casas del río, cubriendo el yacimiento que estaba frente de la casa de las Cancine. Eso está preservado allí, cubierto por la tierra.
En varias instituciones y encuentros de Guárico, Lara, Carabobo, Monagas, Sucre, Distrito Capital, se ha echado el cuento del vínculo entre el Taller y el trabajo en El Socorro. Se han hecho réplicas de las pintaderas para realizar trabajos artísticos a partir de sus diseños en litografía, esculturas, en piezas de joyería, para decorar vasijas, diseños para blusas bordadas y pintadas. Esa proyección se hizo y es orgullo de las loceras ya que las piezas permanecieron por mas de 20 años guardadas en unas botas de goma, siendo una riqueza patrimonial poco difundida.
El taller Guardatinajas funciona en la urbanización Misión de los Angeles, conocida como Los Palomares. Allí están las piezas, libros de consulta, guías, el mesón y el barro, al servicio de las personas interesadas.

Tesoro cultural: Plantas Medicinales – Farmacopea desde Famapatria

Fidelina en su relación sensible con las personas y en la continua valoración de los tesoros culturales, también se ha involucrado con la medicina natural; las plantas medicinales y sus usos. En Farmapatria le ofrecieron la oportunidad de integrarse al Programa de Investigación Farmacopea que viene trabajando en Guárico, haciendo equipo con Adriana Scovino.
Farmapatria es una red de más de 120 farmacias a nivel nacional, dependientes del Ministerio del Poder Popular para la Salud. En el estado Guárico, las instalaciones de Farmapatria están ubicadas en Calabozo, Cazorla, Camaguán, Corozopando, Guayabal, Valle la Pascua, Ortíz y San Juan de los Morros. También en la Empresa Socialista hay una Farmapatria que atiende las comunidades de Río Tiznados. Específicamente la de Calabozo funciona en un local del Hospital “Dr Rafael Urdaneta, brindando atención de lunes a sábado. Es un requisito presentar récipe médico.
Farmacopea mantiene contacto con la gente en las comunidades, realizando visitas a los conucos y los patios, recogiendo los nombres de las plantas de la zona, el uso que les damos, indagando de dónde recogieron el conocimiento y es un hecho constatado que la gente maneja buena información al respecto. “Reafirmamos que alimentarnos bien es el punto de partida para mantenernos sanos y que muchas plantas tienen las dos propiedades: alimentan y curan.
En esos intercambios contactaron un señor que trabaja con la pulpa o tripa de la tapara, elaborando mermeladas para desparasitar y el zumo para tratar varias dolencias. Los testimonios de mejoras progresivas de las condiciones de salud en las personas que lo han probado despertó el interés en aprender y se han facilitado varios talleres. “Tenemos la cultura de dependencia de los fármacos pero estamos trabajando la alternativa del uso de las plantas medicinales”.
Esta oportuna vinculación de Fidelina con Farmacopea, reivindica los saberes sobre medicina tradicional, producto de una escucha activa a las preocupaciones del pueblo por mantener la salud. A través del Taller Guardatinajas también se brindó atención a pacientes con las terapias alternativas de Miguel Alfonzo Espinoza, Botánico Popular y de Serenela Del Degan, Psicoterapeuta, quienes ofrecían sus servicios profesionales en la residencia de Fidelina, recomendando fitofármacos, medicamentos elaborados con plantas medicinales. Continúan programando intercambios en coordinación con comunidades e instituciones, donde además de la conversa formativa se promueve la siembra, la producción, la preparación de medicamentos y el uso cotidiano de las plantas como una forma de preservar la salud.

Referencias:
Saberes de la Comunidad (2018) Programa radial UBV Calabozo. Emisora 88.1 FM. 27-09-18

julissa260@gmail.com

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